rueda de prensa

(Bonita foto que acompañaba el artículo de Jaime Cedillo en El Cultural, 7 sep 2016)
Nada más entrar en la Editorial Siruela, veo una foto tamaño XL de mi adorado Cees Nooteboom. Esto empieza bien, pienso. La plantilla Siruela es muy sonriente y en su mayoría femenina. Esto va a mejor. No me quedé con ningún nombre.

Me siento un poco pardilla cuando me preguntan si tengo agente. De repente sé que nunca lo tendré. Mercè Rodoreda tampoco tuvo, y mira. Si pudiera elegiría hasta la cola con la que encuadernar mis libros. ¿Me explico?

En poesía ha sido tan fácil. Editores de los que no sabía nada, ahora son mis amigos. Me pregunto si será igual en prosa.

El Café Gijón impresiona. Antes y ahora. Imagino a Fernán-Gómez en un rincón, algo molesto por tanto alboroto. Lo que hubiera dado por conocerlo, pienso y recuerdo que mi madre, de niña, coincidió con él en Marín, cuando rodaba Botón de ancla. ¡Qué niñas más pesadas!, le gritó a la enésima vez que ella y sus amigas le pidieron un autógrafo. Antonio Casal, sin embargo, nos firmó todo lo que quisimos, dice mi madre. Yo me quedo con el pelirrojo.

Las preguntas durante la rueda de prensa fueron pocas y muy sensatas. Dulces, diría. Madrid siempre me asombra. Les hablé de mi maltrecho móvil, de mi afición a los números, del cuento que escribí con 7 años, del diario de sueños. Ponerme un micrófono delante es un peligro.

Después todo es confuso. Móviles que me prestan para que responda a preguntas, caras sonrientes, aficionados al número "pi", algunos flashes, ¿me quito las gafas o me las dejo?, un andamio, camareros cruzando la calle con enormes bandejas, apretones de manos y besos. Historias de aquí y de allá que me cuesta retener. Y pienso en que abajo seguro que hay una cerveza esperándome. Tomo una al vuelo, alguien me pasa una gamba con gabardina y pienso en la capital de Ohio. Así andaba mi cerebro.

Una de las periodistas era Nieves Martín, de "El Planeta de los Libros" a quien no veía desde Moguer. Con ella, y Juan Ignacio Vecino, me fui a tomar una tapa de migas y a charlar de las cosas de la vida gintónic mediante. Yo, sin dormir.

Conclusiones que saqué en el tren de vuelta: Adoro Madrid, adoro escribir, escribir siempre me dio y me sigue dando "Vida extra", la naturalidad siempre gana y, sobre todo, necesito cuanto antes un móvil nuevo.

http://www.elcultural.com/noticias/letras/Isabel-Bono-Premio-de-Novela-Cafe-Gijon-2016/9791

4 comentarios:

  1. Feliz reencuentro, Isabel!! Me encantó la sorpresa doble: que fueras la premiada y verte después de tanto tiempo. Un placer recuperar la complicidad, y a la espera de leer tu obra :)

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  2. Por lo reencuentros felices y el calor de los amigos. Gracias.

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