peldaños, decía

(El patchwork que acabó siendo novela)
Nunca llamé novela a Una casa en Bleturge, nunca llamé capítulos a los fragmentos (con títulos independientes) que la forman. Les llamaba "peldaños". Avanzar era subir un Everest particular. Escribir uno más sin borrar cuatro.

Hoy me acordé de los ánimos que me dio Tito Expósito (Ed. Baile del Sol), empujándome a que la terminara. Antes tenía que ordenarla. Tanto calorcito de su isla me dio, que la coloqué en plan colcha de patchwork y me puse manos a la obra.

Fue el principio de todo. Los amigos, siempre son el principio de todo. De todo lo bueno, claro.

3 comentarios:

  1. Anónimo18:42

    La sazón no se alcanza hasta el justo momento. Enhorabuena por el libro por el premio por ser un encanto.
    Jose
    (Pul) (Sí aquel Pul aunque ya no exista)

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  2. Pul!!! Qué alegrón! Sí que exises (aquí, toc-toc). Te busqué en 2010, cuando me abrí facebook (pero sólo duré 2 meses en ese vértigo-para-nada; el vértigo de facebook, no de buscar). Tampoco soy amiga de teléfonos (sólo de los hechos con dos yogures y un cordelito, ya sabes), pero en el mail me encuentras: unacasaenbleturge arroba gmail punto com. Wo, yeah! Besos!

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